Las canciones son algo que siempre nos motivan, nos deprimen, nos hacen bailar, cantar y hasta dedicarlas. Yo tengo muchas canciones que me motivan, por ejemplo, cuando salgo a correr reproduzco en mi ipod Part of me de Katy Perry, quizás por la influencia de su video musical.
Hay canciones con letras que nos hacen reflexionar y sentirnos identificados. Hay otras que no dicen nada coherente pero nos gustan por el ritmo o por estar muy “prendidas” (excepto Friday de Rebecca Black). Hay canciones que se hicieron para dedicar y es sobre ese arte de dedicarlas de lo que voy a hablar en este post.
Varias de mis amigas y amigos han dedicado y les han dedicado canciones. Una de ellas le dedicó a su novio una canción de Marco Di Mauro y cada vez que la escucha se acuerda de ese novio que ahora es ex-novio. También uno de mis amigos tenía una canción especial con su novio, la cual era Somewhere only we know de Keane.
¿Pero cómo saber qué canción dedicar? La respuesta es simple, no se sabe sino que se siente. Sientes la letra, la música y sobre todo el sentimiento hacia la persona a la que se la estás dedicando. Yo aún no he dedicado ninguna canción pero se que cuando sea el momento correcto lo haré y de la mejor manera.
Pero las canciones no solamente se dedican para momentos de amor sino también de desamor como en el caso de Rata de dos patas y Cheque en blanco de Paquita la del Barrio, que queramos o no forma parte de la cultura mexicana. Todos alguna vez en la vida nos hemos burlado con la frase: “¿Me estás oyendo inútil?”. Y no solamente es Paquita, también hay otros cantantes con letras de dolidos y que se vuelven grandes exitos (¿O no Jenny Rivera?).
Cuando salía con un chavo que nunca fue mi novio, me preguntó una vez sobre quién era mi artista favorito. Yo le dije que Taylor Swift y él me contestó que la suya era Lana del Rey. Después pasaron muchas cosas que nos distanciaron hasta que perdimos comunicación. Un mes más tarde me mandó un Whatsapp y me dijo que se había acordado de mi porque había visto el video Red de Taylor Swift. Estuve a punto de contestarle We Are Never Ever Ever Getting Back Together, pero no lo hice porque no merecía que le dedicara una canción (aunque hubiera sido muy satisfactorio ver su reacción).
Las canciones se dedican para bien o para mal. Para el amor y para el desamor, sin embargo es muy importante siempre escuchar la canción completa para que no haya malentendidos. Y obvio jamás se deben dedicar canciones sobre sexo a menos que ese sea el objetivo por la cual se está dedicando porque si es así Enrique Iglesias tiene una llamada Tonight I’m F*ckin’ You (y también Pitbull). XOXOXO
– RED TUR